El pasado en la puerta (?) [19 de Octubre]

Le jaló suavemente de uno de sus brazos para acercarle un poco, y le abrazó a nivel de su cintura-cadera. Sin ninguna intención pervertida, siendo un abrazo para nada fuerte ni exigente. Recargó su frente en el vientre de ella, suspirando levemente para luego alzar su rostro.

- No quiero marcharme, ni que te vayas - le soltó con calma y sujetó nuevamente su mano para hacerle seña de que se sentara. - Sé que tienes... varios problemas, pero... - sonrió levemente mientras agachaba la cabeza. Se sentía como un estúpido adolescente sin palabras.

Lo observó abrazándola y se le vino a la mente la imagen de un niño pequeño, por lo que acarició suavemente sus cabellos. Se sentó nuevamente, suspirando, para mirarlo fijamente con el ceño fruncido.

- Varios problemas... Ja, que lindo. - Dijo intentando sonreír. - ¿Pero....? - Le preguntó.

A decir verdad, no tenía idea de que seguía haciendo Aless ahí. Ya había recibido lo que quería, ¿No? Sin mencionar que todo lo que había sucedido esa tarde era suficiente como para asustar aún al más enamorado.

Suspiró, ni en situaciones así podía dejar de lado (como siempre) su lado a la defensiva. Colocó uno de sus codos en su pierna para poder apoyar su rostro en la mano mientras miraba a Emma.

- ¿Te lo dije antes no?, me gustas... - sonrió levemente - Emma no seas así, soy un idiota para situaciones así. - Recargó por completo su espalda al respaldo del sofá.

- No me conformo con lo que pasó la otra noche. - le comentó serio mirándola manteniendo la misma posición.

Emma no pudo contener la risa, era una risa suave, pero risa al fin. No lo hacía de mala, en serio... Pero que su ex apareciera en la puerta le había hecho recordar lo poco que confiaba en los hombres.

Al escuchar la siguiente frase, la risa se detuvo y miró a su compañera un tanto sorprendida. Sus mejillas volvieron a sonrojarse.

- No te creo - Dijo tercamente, cruzándose de brazos - No quiero ser la mala de la película, pero simplemente no lo creo.

Que la persona o personas encargadas de manejar el universo o lo que fuera (?) le dieran paciencia.

- Lo sé, a cada rato me lo recuerdas con tus acciones... - suspiró y se incorporó del sofá - sin mencionar que eres muy terca - le comentó en lo que colocaba su mano en la espalda y le daba un ligero masaje.

- ¿Tan maldito me veo?

Lo observó en silencio por encima de su hombro. Era terco, o estaba loco, o un poco de los dos.

- No es que te veas maldito, es solo que en mi experiencia, los hombres suelen buscar las cosas más fáciles. - Dijo con tranquilidad. - No me conoces prácticamente, y nada me asegura que en un mes no vas a desaparecer... De hecho, sería lo más lógico. Y yo no puedo estar "probando". Hay que ser realistas.

Emma, Emma, Emma... no sabía si enojarse o no. Comprendía a que se refería con ver al sujeto este obvio que captaba su punto pero...

- El que hayas tenido malas.."experiencias" no dice todo - le respondió con calma - Se que hay que ser realistas, yo lo estoy siendo... y en ese caso si te pido que me dejes conocerte y viceversa tu me conozcas ¿te atreverás entonces?

Se dio la vuelta para poder verlo de frente. ¿Que tan insistente podía llegar a ser? ¿No se daba cuenta de que le estaba dando la salida fácil? ¡Todos los hombres quieren la salida fácil!... Suspiró.

- No estás siendo realista. - Dijo, llevándose la mano a la cintura - Eres joven, soltero, apuesto... Tienes un montón de oportunidades y mujeres hermosas por ahí. ¿Porqué te empeñas en quedarte en algo que sería más problemático que beneficioso?

- Emma... simplemente... -suspiró - eres imposible.

También se cruzó de brazos - ¿Crees que no me he preguntado algo así? y tu misma lo has dicho... en todo caso si todo sería desfavorable para mí.. ¿Entonces por qué?

Le miró de manera penetrante con sus ojos, pensaba en continuar aquello y no ceder ante aquello, de hecho se acercó a ella para poder tener un contacto más directo si era necesario. Pero sus planes se vieron truncados por el sonido en la puerta.

No podía ser tan cabeza dura. Era eso o el tipo vivía en una nube...

Estaba por responderle, cuando escuchó otra vez que tocaban la puerta. ¿No podía tener un minuto de paz? Esquivó a Alessandro mientras negaba con la cabeza, se iba a volver loca, definitivamente.

Abrió la puerta, y se encontró con Amanda y Sophie. La niña tenía puesta su campera y se tapaba la cara con la capucha, tenía los brazos cruzados y miraba el suelo.

- Eso fue rápido... - Dijo un tanto confundida. Levantó la vista y pudo ver a Amanda con ganas de reírse, pero haciendo el intento de no hacerlo.

- Lo siento. Tu hija estaba a los golpes con un niño en el parque, así que tuve que traerla de regreso.

Emma se golpeó la frente con la mano. No otra vez...

- Sophie...

- ¡Él empezó, Mami! ¡Me empujó de la hamaca así que TUVE que golpearlo! - La niña parecía realmente enojada, y tenía una lastimadura con sangre seca en la parte lateral de la frente.

- No se a quién habrá salido... - Dijo la anciana, claramente divertida.

Emma le dedicó una mirada fulminante.

- Un día de paz. ¿No puedo pedir UN SOLO día de paz? - Estaba comenzando realmente a perder los nervios.

Últimamente el sonido de la puerta le había sobresaltado, haciéndole estar tenso. Por suerte (mala o buena) ya se encontraban la nana y la niña de regreso, la pequeña respuesta de la niña le hizo sonreír y relajarse, no pudo evitar levantar el pulgar a la niña, esperaba no ser visto por Emma. Se levantó del asiento.

- Su carácter también me recuerda a alguien - también aprovecho las palabras dichas por Amanda.

Ante la situación actual sabía que era mejor dejar descansar a la rubia por el momento, pero no dejaría las cosas tan a la ligera - ¿Quieres otro momento para hablar? - le ofreció tratando de ser cuidadoso con sus palabras a su compañera.

Se iba a arrancar todos los pelos de la cabeza en cualquier momento. No había sido el mejor día de su vida, en lo absoluto. Por suerte no vio a Aless levantándole el pulgar a Sophie, o lo hubiera asesinado sin culpa. La niña sí lo vio, y le sonrió divertida.

Amanda se mostraba tranquila, auqnue se la veía un poco preocupada por Emma, sabía que no era saludable cuando se ponía nerviosa de esa forma.

Emma le dedicó una mirada fulminante a Aless al oír la "broma" sobre el carácter de la niña. Le daría un golpe en la cara, pero eso sólo probaría su punto.

- Si, si... Lo que sea. No puedo pensar en este momento. - Dijo, apretándose nuevamente la frente. La cabeza le iba a explotar.

Entre los nervios de haber visto a Keith, la pelea, Sophie, Aless y sus propios pensamientos, iba a volverse loca.

- Puedes llamarme, o mandarme un mensaje con el lugar y la hora. - Dijo, dirigiéndose a la puerta - Lamento mucho todo ésto - Agregó cansada. - Pero realmente necesito acomodar un poco las cosas por aquí.

Parada en el umbral de la puerta ya abierta, quedaba muy en claro que lo estaba echando. Le hubiera gustado hacer las cosas diferentes, pero la verdad estaba agotada y le estaba costando mucho ser bien educada.

Despues de ver la sonrisa de Sophie le guiño el ojo a manera de complicidad y fue directo a la puerta donde 'amablemente' le invitaba Emma la salida. Sin embargo le agarro la mano para sacarla tantito del departamento buscando así un poco de privacidad.

-Pero para esa vez que quedemos deja a Sophie encargada con Amanda - le dijo casi en secreto mientras miraba a la niña y anciana, luego a Emma serio - no te preocupes por lo de hoy. Pero no puede quedarse esto más asi, no quiero.

Trataba de no sonar mandón pero tenía que demostrarle a Emma que no cedería tan fácil. Le besó la mejilla con cariño y se despidió desde donde estaba de las otras dos féminas.

Salió del departamento sin oponer resistencia, y escuchó con atención las palabras de Aless. Una mirada perspicaz apareció en sus ojos, y no puso evitar sonreír de lado.

- Ya me estás poniendo condiciones... - Dijo, negando con la cabeza - Está bien, pero no te hagas ilusiones de nada ¿Entendido? - Agregó seriamente.

Aceptó el beso en la mejilla tranquila, aunque hubiera preferido un apretón de manos o algo más frío. Sophie saludo alegremente con la manito, y Amanda lo saludó con cortesía.

- Nos vemos - Dijo Emma por su parte, entrando y cerrando la puerta. Su día no había terminado aún.