Visita inesperada.. (?) [Departamento de Emma 9 de Oct ]

Se sentía extraño al realizar aquello, pero no le incomodaba en absoluto la situación. Por suerte, aún las flores blancas de la maceta habían sobrevivido el trayecto hasta el instituto. Tocó a la puerta de la rubia, ojalá y se encontrara después de todo era un día laboral.

No pudo evitar acercar a su nariz para percibir el olor de gardenias. Sonrió para sí al recordar el suceso de como éstas habían quedado bajo su poder. Volvió a tocar, quizás ni siquiera Emma se encontraba en su departamento.

Al fin había terminado sus tareas por el día. Lo bueno de ser profesora de secundaria, es que no tenía demaaaasiadas horas en la tarde.

Sophie se había ido a jugar a la casa de su nana, así que Emma había decidido relajarse un poco antes de que regresara su hija, con toda la emoción y los cuentos sobre lo que había hecho.

Recién salia de bañarse, cuando escuchó que tocaban la puerta. Raro. Se cambió rápidamente y aún con el cabello mojado y medio hecho un lío se asomó a la puerta. Su sorpresa no fue menor.

- ¿Hola? - Preguntó medio confundida, al ver a Alessandro olisqueando una maceta con flores blancas...

Le había cachado con la nariz entre las flores, pero eso no le hizo sentirse apenado. Sonrió ante la cara de admiración de su compañera que se encontraba enfrente.

- ¿Te interrumpí en algo importante? - le cuestionaba sonriente, al ver su cabello mojado sobre sus ropas - Espero que te agraden.

Le extendió la maceta con flores con una mano mientras que la otra la tenía escondida en el bolsillo de su pantalón.

- Emm, no, no estaba haciendo nada importante - Respondió, aún medio sorprendida por la visita, y tratando de acomodarse un poco el cabello.

Tomó la maceta por pura inercia, y se la quedó mirando. ¿Le estaban regalando flores? Jamás le habían regalado flores... Bueno, no desde que su ex se había borrado del mapa, al menos.

- Gracias. ¿A qué se debe el honor? - Preguntó, mirando las gardenias, que ahora se encontraban en sus manos.

Vio divertido como Emma trataba de arreglar sus cabellos, .. quizás no quería verse tan informal.

- Eso no responde si es que te gustaron - respondió infantilmente, sin embargo al ver como Emma las miraba daba indicios de que si - ..uh?.. Acaso ¿no puedo regalarte unas? - bromeó al mostrarse dolido por aquello.

- Me gustan - Dijo sonriendo.

Al escuchar la broma, le dedicó una mirada medio amenazante a Aless. No sabía bien porqué lo hacía, pero le salía natural. Era algún mecanismo defensivo, o algo así.

- ¿Quieres pasar? - Preguntó al darse cuenta de que eso sería lo más educado. - La casa es un lío pero... Puedo ofrecerte algo para tomar.

Nuevamente la mirada asesina, ya se acostumbraba a aquello. De hecho le gustaba provocar que actuara de esa manera Emma.

- Gracias - comentó sin oponer resistencia al ofrecimiento de entrar al departamento - No creo que lo tengas peor que yo, ya sabes... en esos momentos donde tengo ataque de flojera.. ENORME.

Comentó encogiéndose de hombros, una vez dentro. Recorrió de rápido con su mirada para identificar varias cosas que correspondían a una pequeña niña regadas por el lugar. Se volvió hacia Emma

Emma entró detrás de Aless, cerrando la puerta a sus espaldas. se dio cuenta de que su colega estaba observando el lugar, así que le dio un zape suave detrás de la cabeza.

- No seas curioso. - Dijo en tono regañon, mientras se agachaba para recoger un conejo de peluche tirado en el suelo. - ¿Que quieres de beber? - Preguntó.

Sintió el golpe de Emma sobre su cabeza, pero como siempre decidió exagerar la situación.

-¡¡¡Ey, no seas salvaja!! - rió levemente - y con lo tranquila que te ves.. - tomó el peluche de Sophie entre sus manos a expensas de recibir otro regaño o golpe de la mamá rubia - Lo que tengas está bien... no es que haya venido con intenciones de vaciar tu despensa.. o algo así.

Le miró animado.

Volvió a regañarlo con la mirada. No podía evitarlo.. ¿Era algo de madre? ¿O de Maestra? Quizás era simplemente ella...

Se encogió de hombros al ver a Aless tomar el peluche de Sophie.

- Si Sophie llega y te ve con ese peluche en las manos, te va a morder - Le dijo como si nada. - Estaba por hacer café... Y por cierto, si no viniste a vaciar mi despensa.. ¿A qué se debe la visita? - Preguntó, tratando de esconder su interés.

Sonrió ante la respuesta de Emma, ¿acaso le estaba mandando la indirecta que al final terminaría siendo magullado ahí?

- Bueno en ese caso no le haré nada al pobre sujeto. Si no tendrán que sacarme aquí en pedacitos, - comentó dejando el peluche en la mesa -... el café esta bien gracias. Y bueno es obvio ¿no.?.. vine a traerte las flores, creo que estarán mejor contigo que conmigo.

Comentó divertido, cruzándose de brazos y siguiendo a Emma - ¿Te ayudo en algo? - no le agradaba la idea de sentarse y esperar como patrón en casa ajena.

Ante la respuesta de Aless, Emma levantó una ceja. En su mirada decía claramente "no te creo nada".

- Puedo sola, siéntate tranquilo - Dijo sonriendo y señalando la mesa con las sillas que estaban en lo que era la cocina comedor- Será mejor que primero le de un poco de agua a esas flores - dijo mientras cargaba un vaso con agua - Por cierto ¿A quién se las robaste? - Preguntó divertida.

No le agradaba tanto la idea, pero decidió sentarse... no fuera que luego le reprendiera "cariñosamente" con algún otro golpe. Jaló una de las sillas para sentarse en lo que miraba como las flores eran mimadas por su nueva dueña.

Sonrió ampliamente ante la pregunta de Emma - ¿Cómo supiste que eran robadas?, según yo no deje evidencia alguna del delito... - comentó en lo que entrelazaba los dedos de ambas manos - ... Me las gané de premio - le respondió la verdad con calma.

Emma terminó de regar su nueva plantita (?) y la dejó en la ventana de la cocina para que le diera buena luz. Se volvió hacia Alessandro y le sonrió divertida frente a su comentario, mientras preparaba la cafetera.

Se sorprendió al oír de donde habían salido las flores, el tipo no tenía porque mentir dos veces, así que debía ser cierto.

- ¿En que las ganaste? - Preguntó, curiosa. Era un premio curioso para cualquier actividad masculina.

Miró cada uno de los movimientos de Emma, desde su asiento con calma.

- Por mi acción buena del día, le dije claramente a la señora que no tenía necesidad alguna de darme algo pero insistió - se encogió levemente ante aquello - No soy tan dedicado y cuidadoso para mantenerlas, creí que estarían mejor con alguien más....- comentó en lo que se levantaba para quedar a un lado de Emma

- Además de ser un presente poco común para hombres ¿no crees?

Mientras esperaba que la cafetera haga su trabajo (?), Emma se quedó de pié, aunque con el peso de su cuerpo recostado sobre la mesada. Escuchó a Aless y comprendió un poco mejor, pero no del todo...

- Eso pensé - Dijo observando a su colega, que en ese momento se encontraba a su lado. No sabía quedarse quieto, al parecer. - Igual, todavía no me dices con qué te lo ganaste. ¿Cuál fue tu buena acción?

Sonrió levemente en lo que se escuchaba el sonido de fondo de la cafetera trabajando.

- De regreso al Instituto me topé con una mujer grande... no podía con toda su despensa. Me sorprendió un poco.. oír que lo hacía así siempre debido a que sus hijos estaban muy ocupados como para acompañarle, como sea le ayudé hasta su casa. No creas que fue algo extraordinario - comentó calmado viendo a Emma de reojo, y extendió levemente su mano para tocar sus cabellos mojados aún.

- ¿No crees que es mejor que te lo seques o te pongas algo?.. podrías enfermarte - le comentó sobre su cabello, sin dejar de hacer tal gesto.

Emma lo observaba tranquilamente mientras contaba su historia.

- Vaya, todo un caballero.. - Dijo, aunque el gesto de Alessandro la hizo ponerse tensa. El toque en sus cabellos le recordó a algo. ¿Qué era?

- Está bien así - Dijo moviendo hacia un lado su rostro. Estaba nerviosa y no podía decir porqué. - Aunque debería peinarme. Mi cabeza debe ser un lío - Dijo a modo de broma, para romper la tensión.

-¿Acaso dudabas que fuera caballeroso? - bromeó alegremente - Espero que no tengas una mala imagen de mí.

Pudo sentir un poco la tensión de Emma, y más cuando ella realizó ese movimiento, no pudo evitar que él por su parte inclinara levemente su cabeza tratando de averiguar como estaba ahora su rostro - Aunque este hecho un lío luce bien, me gusta tu cabello.

Comentó sin retirar sus dedos de entre las hebras doradas.

- Claro que no - Respondió casi por inercia, su mente estaba en otro lado.

Volteó su rostro para no parecer maleducada, pero a mitad de camino se encontró con el de Aless. ¿Porque estaba tan cerca? ¿Y ese perfume..? Oh, ya lo recordaba. La salida de profesores...... Sin poder evitarlo, su rostro se tornó carmesí.

- L.. las tazas. - Murmuró, bajando la vista - Buscaré las tazas.

Sin más se apartó hasta el otro lado de la habitación, y revolvió en una despencita de madera hasta sacar dos tazas que dejó arriba de la mesa. Que lindas tazas. No podía dejar de mirarlas.

Pese al esfuerzo (?) de Emma por esconder su rubor no puedo evitar verlo e internamente sonreír ante aquella reacción. Miró como la rubia desarreglaba y arreglaba su despensa en búsqueda de las tazas con las al final se topó y las colocó en la mesa.

Al parecer era nuevamente su manera de poner espacio entre ellos. Acortó la distancia entre ellos, le acomodó uno de sus cabellos detrás de su oreja con intención de llamar su atención.

- ¿Te sientes mal?, de pronto estas roja - comentó levemente divertido ante la situación. Sabía perfectamente el porque se encontraba así Emma, pero no se lo dejaría tan fácil ahora.

Otra vez estaba ahí, cerca, demasiado cerca. La ponía incomoda, inquieta, nerviosa. ¿Qué le costaba quedarse sentado en un solo lugar?

Al sentir nuevamente la mano de Aless en su cabello, levantó suavemente la mirada. Tenía en la cara un gesto bastante similar a los que hacía Sophie cuando estaba molesta con algo.

- Es tu imaginación - Dijo en tono desafiante, levantando del todo la mirada y parándose derecha. No iba a dejar que la intimidaran.

Pese al tierno puchero desafiante de la rubia, podía percibir cierto nerviosismo emanando de su compañera. Y ante la respuesta de la rubia, mientras trataba de mantenerle la mirada le tentó a continuar con aquello.

- No lo creo... - ahora su mano paso a la mejilla roja de la mujer tratando de hacer un toque suave - tu mejilla está caliente - si ella mostraba determinación en su mirada, él no se quedaría atrás. Apoyó su frente contra la de Emma, mientras que con la mano libre que tenía se atrevió a colocarla levemente sobre su cintura.

- Tranquila Emma - le dijo en voz bajita.

La estaban desafiando. No había duda que era un juego para él, y eso la fastidiaba a niveles insospechados. Podría golpearlo, o matarlo, pero eso no sería propio de una dama.

Se quedó firme mientras le acariciaban la mejilla, y mantuvo la mirada firme cuando Aless apoyó su frente en la propia. Sus ojos podrían haberse vuelto rojos cuando sintió la mano contraria en su cintura, pero eso solo pasaba en los dibujitos.

Escuchó la voz de su colega y sonrió creepymente. Antes de alejarse, y quedarse parada frente a él, con una mano en la cintura, en pose desafiante.

- Te estas pasando, Turco. - Le dijo con firmeza - El café está listo. ¿Lo quieres? ¿O prefieres seguir jugando?

¿Acaso siempre tenía una reacción negativa y una visión de maldad a todo lo que sucedía alrededor? Ahora tenían una distancia y ella se mostraba sería ante la situación. Suspiró ante aquello.

- No estoy jugando, es como la propuesta que te hice en la reunión de profesores antes de que te fueras - le comentó tratando de mantenerse tranquilo ante la situación - Y si lo ves así... te acepto el café.